Llegan noticias alarmantes de lo que podríamos llamar “daños colaterales” del coronavirus.
El Instituto Nacional de Toxicología y Organismos de características similares en otros países están apreciando que se disparan las incidencias por intoxicaciones al realizar mezclas con productos de limpieza domésticos.

Se están generando recomendaciones y experiencias de cómo usar productos para mejorar su rendimiento higiénico y bactericida muy alejados de cualquier realidad.
Debemos ser especialmente consecuentes y no realizar experimentos que pueden generar serias repercusiones en nuestra salud.
También insistimos en que tengamos todos estos productos en lugares inaccesibles a los niños

Cuidado al mezclar los productos de limpieza

La mezcla de los habituales productos de limpieza provoca reacciones serias en la salud, a nivel de afectar pulmones, producir rinitis, irritar laringe y faringe, problemas en la piel incluso con inflamación, en general y por tanto se dificulta sensiblemente la respiración.

La mayoría de las afectaciones han sido motivadas por el uso de productos desinfectantes, con un protagonista especial, la lejía.

Conviene insistir en que mezclar lejía y amoniaco, vinagre, alcohol y otros da como resultado un elemento muy próximo al ácido clorhídrico, en versión popular SALFUMAN.

Vamos a exponer una serie de ejemplos de lo que no hay que hacer.
¡POR FAVOR! No juguemos con experimentos de consecuencias imprevisibles, pero siempre nefastas, actuemos con componentes que conozcamos y respetemos las observaciones que van en su etiquetado.

Nunca mezcles estos productos

Estos son los resultados y sus consecuencias

«Usemos de forma racional los productos habituales, respetemos su aplicación y prestaciones de forma individualizada»

Descubre estos y otros consejos en nuestro Blog.